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Tres noches en un paisaje donde la inmensidad se vuelve íntima. Estepa, lagos y cabalgatas abren el día; una navegación frente al Perito Moreno lo enmarca. Al regreso, el fuego encendido, una copa de vino y la calma profunda bajo un cielo sin ruido.
Día 1 – Llegada a la estepa
Recepción en el aeropuerto y traslado hacia el camp, sobre la costa del Brazo Rico. El domo espera entre pastizales barridos por el viento. Después del check-in, la tarde se abre para caminar entre lengas, descansar del viaje o simplemente sentarse a disfrutar lo hermoso del horizonte.
Noche en el campamento
Día 2 – Frente al gigante
Tras el almuerzo, el camino sigue hacia el Parque Nacional. Primero el bosque, después las pasarelas y, al fondo, el glaciar. La navegación por el Brazo Rico acerca la cara sur del Perito Moreno mientras cae el sol. De regreso, hay quienes eligen cocinar, otros cebar mate, otros quedarse mirando el fuego.
Día 3 – Entre lagos y senderos
La jornada arranca a caballo. La senda bordea el Brazo Rico, cruza bosques bajos y se abre hacia un mirador con vistas largas a la estepa. A la tarde, el tiempo vuelve a ser propio: una caminata corta, una clase de cocina o simplemente el deck, con el glaciar ahí, al fondo.
Día 4 – Despedida
Desayuno con el sonido seco del viento como única compañía. A las 11 h, traslado hacia el aeropuerto. La Patagonia, intacta, queda atrás.
Fin de los servicios.
NOTAS:
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